La altitud de la isla y lo abrupto del relieve posibilitan multitud de microclimas y hábitats. Desde el litoral y hasta los 300 metros de altitud dominan los ambientes áridos o hiperáridos con cardones y tabaibas. Los fondos de los barrancos y los valles están ocupados por palmerales, tarahales y sauzales. La costa, con amplios deltas sumergidos, coladas volcánicas submarinas, grandes acantilados y bancos de arena interconectados.
Todo este zumo natural produce la riqueza en biodiversidad donde se mueven la tortuga boba, el delfín mular o el calderón gris. Cada día se reúnen todos, en una nueva representación. Mil climas y mil especies naturales bailando juntos en una isla Reserva de la Biosfera.
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