sábado, 10 de marzo de 2012

El calentamiento puede con pájaros y mariposas.

Las mariposas y las aves ya no son capaces de mantener el ritmo del cambio climático. Mientras que en Europa el rango de temperatura ha ascendido hacia el norte en los pasados 20 años, los pájaros y las mariposas lo han hecho también, pero en una medida muy inferior, según un estudio publicado por científicos europeos, entre ellos españoles, en la revista Nature Climate Change.



El cambio climático tiene profundos efectos sobre la distribución de plantas y animales, pero todavía existen pocos datos que abarquen largos periodos de tiempo. Esto hace que sea difícil tener un registro de cómo los distintos grupos taxonómicos responden a estos cambios de temperatura y de sus consecuencias.

Este nuevo estudio ha investigado durante dos décadas cómo el cambio climático ha afectado a 9.490 comunidades de pájaros y 2.130 de mariposas distribuidas a lo largo de Europa. Los resultados muestran que, entre 1990 y 2008, la temperatura media europea se desplazó hacia el norte 250 kilómetros, mientras que las comunidades de pájaros se movieron 37 kilómetros en la misma dirección, y las de mariposas, 114 kilómetros, en ambos casos como promedio.

"Un organismo está adaptado a la zona donde vive pues esta le ofrece condiciones óptimas para su metabolismo, alimentación y hábitos reproductivos", explica el biólogo y coautor del estudio Constantí Stefanescu, del Museo de Granollers de Ciencias Naturales. "Si las temperaturas se desplazan, los animales lo han de hacer al mismo ritmo con tal de mantener el óptimo térmico. El problema es que, en este caso, no lo logran. A este desfase o retraso lo llamamos deuda climática", explica.


Barreras en el paisaje

Y es que la respuesta adaptativa a los cambios de temperatura depende de muchos factores, como por ejemplo, las barreras del propio paisaje y las características de cada especie. "El hecho de que la deuda climática sea mayor en pájaros que en mariposas probablemente viene condicionado porque las aves tienen ciclos de vida más largos y, por lo tanto, la respuesta poblacional es más lenta", aclara Stefanescu. "Este hecho seguramente es extrapolable a muchos otros grupos", añade el experto.

Los resultados de este estudio van más allá de descubrir la respuesta específica de pájaros y mariposas. "La filosofía de estos programas de seguimiento es tener bioindicadores que nos permitan entender el cambio global que se está produciendo", puntualiza Stefanescu. El hecho es que todos los animales están interrelacionados en la cadena alimentaria, por lo que los cambios en unas pocas especies pueden afectar a muchas otras.

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